Ver menos
muerto de sed, harto de andar.
Pero sigo creciendo en el sol
vivo.
Era el tiempo viejo la flor,
la madera frutal.
Luego el hacha se puso a golpear
verse caer, sólo rodar.
Pero el árbol reverdecerá
nuevo.
Al quemarse en el cielo la luz del día
me voy.
Con el cuero asombrado me iré,
ronco al gritar que volveré
repartido en el aire a cantar,
siempre.
Mi razón no pide piedad,
se dispone a partir.
No me asusta la muerte ritual,
sólo dormir, verme borrar.
Una historia me recordará
siempre.
Veo el campo, el fruto, la miel
y estas ganas de amar.
No me puede el olvido vencer,
hoy como ayer, siempre llegar.
En el hijo se puede volver
nuevo.