Desde una estrella al titilar...
Me hará señales de acudir,
por una luz de eternidad
cuando me llame, voy a ir.
A preguntarle, por ese niño
que con su muerte lo perdÃ,
que con Nonino se me fué ...
Cuando me diga, ven aquà ...
Renaceré ... Porque...
Soy...! la raÃz, del paÃs que amasó con su arcilla,
Soy...! Sangre y piel, del tano aquel, que me dió su semilla...
Adiós Nonino ... que largo sin vos, será el camino.
Dolor, tristeza, la mesa y el pan...!
Y mi adiós... Ay...! Mi adiós, a tu amor, tu tabaco, tu vino.
Quién...? Sin piedad, me robó la mitad, al llevarte Nonino...
Tal vez un dÃa, yo también mirando atrás...
Como vos, diga adiós... No vá más...!
Y hoy mi viejo Nonino es una planta.
Es la luz, es el viento y es el rÃo...
Este torrente mÃo lo suplanta,
prolongando en mi ser, su desafÃo.
Me sucedo en su sangre, lo adivino.
Y presiento en mi voz, su proprio eco.
Esta voz que una vez, me sonó a hueco
cuando le dije adiós... Adiós Nonino.
Soy...! la raÃz, del paÃs que amasó con su arcilla,
Soy...! Sangre y piel, del tano aquel, que me dió su semilla...
Adiós Nonino ...! Dejaste tu sol, em mi destino.
Tu ardor sin miedo, tu credo de amor.
Y ese afán... Ay...! Tu afán, por sembrar de esperanza el camino.
Soy tu panal y esta gota de sal, que hoy te llora Nonino.
Tal vez el dÃa que se corte mi piolÃn,
te veré y sabré ... Que no hay fÃn.